sábado, 2 de enero de 2010

Aun no he muerto


Te digo hoy, en esta noche oscura y gélida que he muerto,
Y que he vivido al ser tocado por tu mano,
Te digo hoy en esta fría noche oscura y pálida,
Que me he condenado a las llamas del infierno;
Pues el espejo ya no refleja mi rostro, me he desangrado,
La muerte, esa amante incumplida
Tornaste un cielo lúcido y despejado en una impasible noche de invierno.

Pero en esta oscuridad cadáver de no sentir aun te siento;
Aun no he muerto,
Y en este enfermizo silencio infinito todavía te oigo;
Aun no he muerto.

Te digo hoy, en esta noche abrazada por la miseria
Me encuentro ciego, vulnerable entre las sombras,
Opacado en el olvido, arrojado a las penumbras.
Pero aun eres parte de mis sentidos, te adentraste a tu manera,
Mi alma un no te deja,
Mi alma aun no te deja.

Y solo me aferro a tu imagen cada vez más distanciada.
En medio de la niebla, como ella; veo tu cara nublada,
Apartándose de mí como llevada por el viento,
Como arrastrada por la marea; viajando cada vez más lejos.
En esta cruda y perdida noche moribunda, aun te siento.
En este profundo abismo, viciado y pavoroso te recuerdo
Aun no he muerto,
Aun no he muerto.

Te amo Anehell

Astaroth

1 comentario:

  1. Que pasó?
    Siento este poema muy fuerte, al parecer nos van las cosas a como deberian. Pero gracias por compartirlo, hermano.

    ResponderEliminar