martes, 19 de mayo de 2009

TÓMAME y VIVIRÉ



Sigo con el mismo rito de siempre, componer,
Con la misma daga, atravesada en el corazón,
el exilio mío, y ¡no poder ver las luces en mis poemas!,
Y la distancia, enemiga cruel, que comienza a renacer.

Y esta tarde fría, con las ventanas cerradas,
Yo no oigo nada, solo estás tú, Lucero mío,
Mi alma se agita, al no ver tu presencia,
Más mi herida por las espaldas se revienta,
Se me mojan los papeles, la tarde llora conmigo,
La soledad se agiganta y come mi pecho herido.

Se gotea la sangre, fluye de mi alma tu nombre,
Se cae a pedazos, pedacitos de mi vida,
Se muere en silencio, mi cuerpo sediento,
Se cierran mis ojos, postigos de mi desventura.

Hazme entender, ¡oh, ángel de mis noches!
Cómo entrar en ti, y abrir tu pecho amado.
Dime: ¿Cuándo me recoges como tu rocío?
¿Cuándo me cobijas con tus refulgentes alas?

Noche y día, estíos nocturnos, soledad y castigos,
Castigos sin pena, llantos que salpican el alma,
Lloran gozosos los ángeles del recinto infierno;
Se deslizan mis lóbulos, explotan mis heridas.

Caigo, estoy aquí, frente a ti, sangrante y profunda,
Con mis alones ocultos, que comienzan a brotar,
¡Soy de ti! Y mi estirpe se suelta, recoge de mí,
la primera gota más pura de mi alma, Para ti.
Autor: Celya Ferben
Seudónimo: Perversa y Malvada

2 comentarios:

  1. mui lindo escrito con mucho sentimento

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  2. profundo.....
    siento en mi pecho cada uno de tus versos
    me identifico con cada palabra
    espero sigas mandando y compartiendo cada una de tus heridas de esta forma

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